Eso de que el amor es ciego y la locura lo acompaña, lo comprobé.
- Mininita
Por Mininita
No sé. Debí ir al oftalmólogo, me lo decían. Quizá tanto computador o tantas teleseries pusieron un velo en mis pupilas.
Él era maravilloso, lindo. Me encantaba acariciar su cabellera, mirarme en sus ojos, caminar a su lado. ‘Eres todo para mí’, decía, y yo… rendida a sus pies.
Me sentía en las nubes al oír su dulce canto, al son de las notas de su guitarra.
Sólo respiraba por mí, y para mí……siempre a mi lado.
Un Adonis en pijama, era total… todo un galán y era mío.
Y él, cual pavo real tras su presa, o sea ….yo.
Todo eso antes de la culminación de la estupidez, perdón, del amorhsssss.
¿¿Será que el amanecer juntos todos los días va curando la ceguera física y cerebral??
Un despertar ,Oh.., Sorpresa: ¡su frondoso pelo ya no estaba! Jajajaaj…, nunca estuvo .
‘Lo amo’ ( me repetía mi subconciente o mi “inconciente”).
Otro, su mirada ya no reflejaba la mía,… sus lentes estaban empañados, un ojo me miraba y el otro, el otro quizá dónde.
No importa (lo amo…)
Lo peor… Sí, lo peor… Una tarde de aquellas (también las tardes son reveladoras) comprendí por qué todos se comenzaban a alejar. Apenas sacaba su guitarra y un, dos, tres, vamos cantando, … era como si vieran al mismo diablo … DESAFINADO AL CUBO, y yo juraba que era mi Luis Miguel , me sentía toda una Kenita ( sorda).
No importa ( lo am……..)
¿Mmm! pensaba, peladín, mirada no muy clara, desafinado……..
No importa (lo a……..)
Un anochecer, …. lista para salir a bailar, descubrí que mis tacos no se habían perdido, que los zapatos planos no me hacían más esbelta (¡Oh!, ilusa de mí) Nooo, era……era…. más chiquito que yo.
No importa(lo…….)
De vuelta, al amanecer (al amanecer de mi tontera) ,al “escuchar” por enécima vez sus reclamo (el amor también es sordo): ‘No me valoras’, ‘tus amigas son malas’, ‘sólo yo te quiero en este mundo, yo ,yo que soy tan inteligente, tan bueno, yo yo yo’ y bla bla bla, y verlo como nadaba en su pijama, ¿o flotaba? Pensé y…..¿ donde se quedó mi Adonis, el que respiraba “ mi aire», mi galán de palabras dulces (bueno los dulces se los comió todos, eso me decían sus 15 kilos demás).
Y, ¿saben? Desde esa noche , sané, sí, sané.
Lección aprendida, antes de caer rendida a los pies de un Adán: Visita urgente, sííííí, urgente amigas, al oftalmólogo y, y……al psiquiatra.
Mininita
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