Este año escolar, al igual que los anteriores, se inicia con una gran cantidad de despidos de docentes, tanto en el sector municipal como en el sector particular-subvencionado.
Por: Alfonso Godoy Quezada, Presidente Regional del Colegio de Profesores.
Centenares de maestros han sido desvinculados de las dotaciones docentes municipales. Sólo en la comuna de Valparaíso, más de 200 profesores ingresarán a las filas de la cesantía.
La gran crisis educacional, producto de un Estado irresponsable en Educación, venera la privatización y el negocio, despreciando el derecho igualitario que tienen los seres humanos a la Enseñanza y al desarrollo integral, en igualdad de condiciones.
Las víctimas de un sistema que genera una industria desregulada y mercantil seguirán siendo los niños y jóvenes pobres, y los pobres profesores.
Hemos entregado opinión profesional, hemos denunciado la crueldad de un sistema discriminador, clasista y disgregador, pero nunca nadie nos ha hecho caso. El sistema municipalizado administra mal, produce clientelismo político y no cumple con las leyes laborales vigentes. Los docentes viven soportando inestabilidad, ilegalidades y abusos: nos deben imposiciones previsionales, remuneraciones, cotizaciones para el sistema de salud y cotizaciones al Colegio de Profesores, entre otros.
Un alto porcentaje de profesores (más del 30%) de las dotaciones municipales tienen eternamente contratos a plazo fijo, renovable o no renovable en el mes de marzo de cada año. Es fácil despedirlos sin un peso de indemnización. Y luego, los que tienen el poder, hipócritamente, afirman que se debe terminar con nuestra “estabilidad y con nuestra inamovilidad”. ¡Qué manera de mentir!
Esa gente debiera explicar por qué, entonces, hay tanto profesor despedido, y todos los años.
Mientras eso ocurre, el Gobierno anuncia una “apetitosa carrera docente”, con envidiables tramos y remuneraciones. Nuevamente un proyecto que nace en la oscuridad del poder”. ¿Se trata de una broma?
Anuncian una carrera profesional docente para una Educación Pública que se muere, que está a punto de desaparecer.
¿A quién se quiere engañar? A los profesores despedidos. Sería saludable e higiénico reconocer que se pretende crear una carrera docente para incentivar el individualismo por sobre el trabajo de equipo; que esta publicitada carrera busca menospreciar más aún el rol del profesor y que pretende ensanchar los caminos del despido, como táctica para acelerar el derrumbe total de lo poco que queda de Educación Pública.
Afirmo esto, porque esta engañosa Carrera Profesional Docente es para aplicarla exclusivamente en el ámbito municipal. Claro, el sector particular subvencionado está en el ámbito privado y con las empresas privadas el Estado no se mete.
Vivimos una desgracia educativa que nadie del mundo político quiere cambiar. Será la represión la encargada de enfrentar nuestro legítimo descontento, como ya ha ocurrido con los estudiantes y está ocurriendo con la ciudadanía de Aysén.
Qué pena para la Profesión Docente, qué pena para la Educación; y qué pena para la Democracia de nuestro país.