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Un lugar donde enamorarse e incluso tener hijos

A propósito del censo…
Siempre me impactaron los relatos acerca de las interminables filas que la gente debía soportar en Cuba para conseguir alimento.
También, las denominadas «colas» que los chilenos tenían que vivir día a día para adquirir provisiones en época de Dictadura.
No es comparable, pero en Quilpué existe un lugar, un sitio que trae remembranzas de este tipo: el semáforo de calle Portales. La espera en este cruce por la luz verde es interminable. La gente se encuentra, se conoce, comparte opiniones, teje, se enamora y hasta puede tener hijos esperando atravesar.
Es tan larga la espera, que muchos pasan con luz roja y cortan por el frente para cruzar la avenida Los Carrera. Incluso, los conductores que vienen hacia el interior, comulgan con los peatones y permiten que pasen, porque están tan conscientes de la eternidad de la luz roja en Portales, que le dan tiempo a las personas para que puedan atravesar, disminuyendo la velocidad.
Una gran idea sería instalar un kiosco de helados o cabritas, o quizá un café, hasta una biblioteca en dicha esquina, para no perder el tiempo y dedicarlo a algo productivo, mientras la luz cambia a verde.
(Aunque el ideal sería que se distribuyera en forma uniforme el mecanismo de sincronización del semáforo).
 
 
 

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