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Región de Valparaíso: Nueva Región Minera

Por: Eduardo Pastén Gómez, Consejero Regional.
La Región que queremos al 2020, según se establece en la Estrategia Regional de Desarrollo, es ser “una Región diversa con un desarrollo sostenible para el bienestar de sus habitantes”.
Con el ingreso al SEA del proyecto “Expansión Andina 244”, que será la mina a rajo abierto más grande del mundo, deberemos agregar ahora a la diversidad económica de nuestra región portuaria, patrimonial, universitaria y cultural, la característica de “Región Minera”.
Ante tamaño propósito, cabe preguntarse ¿cuáles son las externalidades positivas del proyecto? Desde el punto de vista económico, amplias, pues significaría duplicar la producción al 2021, con el conocido ingreso de dólares extraordinarios para el Estado.
Sin embargo, duplicar la producción y el aumento de ganancias por parte de la estatal CODELCO, tendrá impactos directos en el corto plazo en la vida y desarrollo de nuestra región.
La magnitud de la inversión que implica este proyecto (US$ 6.200 millones) nos obliga a reflexionar sobre diversos puntos. Si bien es cierto se necesitará gran cantidad de mano de obra calificada. ¿Existe capacidad para recibirla?, ¿se tendrán en cuenta las condiciones de seguridad que estos proyectos exigen? En lo referido a la extracción del material, ¿cuál será la tecnología a utilizar? y ¿cómo se transportará a través de la región? Si es que se define que el envío de los productos de la minería se efectuarán por vía marítima, ¿existe una real capacidad de nuestros puertos para afrontar tal desafío?
Igualmente, la interacción del proyecto tiene vínculo con todo. Producción, centros de acopio, carreteras, transporte terrestre y línea férrea, ubicación de tranques de relaves. Sobre este último punto, ¿existe algún estudio sísmico que asegure que no se repetirá el colapso de un tranque con material tóxico, como el que ocurrió en el terremoto de 1965 en la cercanía de Nogales?
En términos de la agroindustria, si se ha pensado que nuestra región se convierta en una eventual potencia agroalimentaria, que pasará -por ejemplo- con las producción de palta o cerezas en la Provincia de Quillota? ¿Será garantizada la calidad del agua para dicho regadío?.
Adicionalmente, están los efectos, que aún no han sido cuantificados, en sitios de interés patrimonial por valor arqueológico, en especies animales vulnerables y en peligro y sobre todo el efecto que el proyecto tendrá sobre los glaciares y el agua, siendo este último punto el más sensible.
Ante tantas interrogantes, las que inicialmente solo surgen frente a las dimensiones del proyecto, es necesario mirar con especial atención cada uno de los alcances del mismo, por lo que se vuelve imperativo que la estatal transparente toda la información referida a esta iniciativa y convoque a todos los actores de la región, públicos y privados en esta nueva orientación en la que nos encaminamos, ser la nueva Región Minera de Chile.