Por: Carlos Barrales.
El presupuesto Municipal 2014 para Olmué es el reflejo de una realidad financiera crítica. ¡Y cómo no!… Si con los recursos económicos del Municipio se está pagando una deuda monstruosa, derivada del Bono SAE que se adeudaba a los profesores del Departamento de Educación.
Esa deuda se venía arrastrando como una serpiente desde al año 2012. Incluso antes. Pero nunca hubo consenso en el Concejo Comunal en la fórmula de solución y los profesores no veían la luz al final del túnel.
Para la mayoría de las Municipalidades los dineros para el pago del Bono SAE jamás llegaron, dado que el mismo se generó artificialmente mediante la aplicación de una errónea fórmula de cálculo de excedentes de la educación municipal, donde claramente no sobra dinero. De ahí que siempre se buscara la solución en el Estado. Pero, entrampados en ese orden de cosas, podrían pasar años y los profesores siempre esperando y esperando. Hasta la desesperación.
Atendido este drama, el Concejo Comunal de Olmué, presidido por el entonces alcalde Tomás Aranda, tomó el acuerdo de pagar la deuda contraída por el Bono SAE, mediante la contratación de un leaseback por parte de la Municipalidad.
Los 300 millones de pesos adeudados iban a ser pagados en el transcurso del año 2012. Todos los concejales estuvieron de acuerdo, entre ellos la entonces edil Santelices, hoy alcaldesa.
Según la definición de leaseback, se trata de un sistema de financiamiento donde una persona o institución le vende su propiedad a una empresa inmobiliaria de leasing, sin perder el uso y goce de ésta, ya que el cliente luego de vender su casa pasa a ser arrendatario de ésta, con un compromiso de compraventa incluido.
En el caso de Olmué, el Concejo Comunal había decidido un leaseback con el recinto llamado Villa Olímpica, para allegar recursos frescos y pagar la deuda, sin alterar el plan de inversión municipal ni dejar desfinanciado el presupuesto anual.
De este modo, el Municipio iba a obtener liquidez para cancelar la deuda contraída con los profesores por el tristemente célebre Bono SAE. Y la decisión se veía acertada, pues se evitaría -además- que los profesores solicitaran el remate de alguna propiedad municipal para conseguir el pago de la deuda, como estaba pasando en Quillota (allí los profesores pidieron el remate del Estadio Municipal) y, por otro lado, el Municipio evitaría desequilibrar el presupuesto anual, como le está ocurriendo ahora.
Sin embargo, pese a existir un acuerdo de concejo comunal en este sentido, la nueva administración con el voto de los concejales afines a la alcaldesa, hicieron borrón y cuenta nueva, y acordaron pagar la deuda, echando manos al modesto presupuesto municipal, y burdamente desconociendo el acuerdo anterior.
No votaron a favor de esto los ediles Zamora y Córdova. Pero se logró un acuerdo de pago en cuotas con los profesores, representados por un abogado que a la vez de litigar contra el Municipio, era funcionario de una repartición pública. Hoy trabajaría para la Municipalidad de Olmué, no obstante, sigue ligado a los profesores, mientras le sigan pagando o no ponga fin a su relación con ellos.
Producto de lo anterior, el Municipio de Olmué presenta una grave crisis financiera. Una demostración de aquello es que el presupuesto 2014 casi es rechazado por el Concejo Comunal, de no haberlo salvado la alcaldesa con su voto.
La principal causa de rechazo de este presupuesto es que está “desequilibrado”. Por ejemplo, no cuenta con ítem para inversión municipal, pero sí contará con 14 millones para un evento llamado Día de los Enamorados. No tiene recursos para comprar ni un saco de cemento, pero sí salvó 12 millones para Comunicaciones (radios, prensa y tv). Lo que la alcaldesa hizo fue desvestir varios santos para vestir uno. Por sacar adelante una idea personalista. Hasta cierto grado irresponsable.
Y hay que recordar que este tema fue su caballo de batalla en la elección municipal que ganó por 600 votos. Dijo hasta el cansancio que la deuda del Bono Sae debía ser pagada con recursos municipales. Que el alcalde (su adversario) iba a ir preso por esta deuda; que el Municipio iba a perder la Villa Olímpica, y que toda la comunidad perdería, si se tomaba el camino de un leaseback.
Hoy la Municipalidad de Olmué está al borde de la quiebra. Si es que ya no lo está. Y la única responsable de esta debacle es la alcaldesa y los ediles que firmaron el acuerdo. Hoy se suman los despidos o como se estila decir eufemísticamente: «no se renuevan contratos», y se desvinculan funcionarios, que ninguna culpa tienen en el dibujo de este desastre económico. Se acaban los recursos de los distintos programas, y la palabra que más se repite en la boca de los funcionarios, cada vez que la comunidad pide algo es: No hay. No se puede. No hay plata. Vuelva otro día.
Los buenos ejemplos de otros municipios y el leaseback
En Quillota los profesores pidieron el remate del Estadio para la cancelación de su deuda. Pero ahora el Municipio ya puede licitar leaseback y evitará así el remate del Estadio Lucio Fariña, pagando así el Bono SAE en marzo.
Este lunes 23 el alcalde Luis Mella fue informado que la Dirección de Presupuesto del Ministerio de Hacienda autorizó a la Municipalidad de Quillota a gestionar un leaseback a fin de generar los recursos frescos para pagar íntegramente y en una sola cuota los cerca de mil millones de pesos adeudados a un grupo de 300 profesores por concepto de Bono SAE, quienes demandaron al municipio y exigieron el remate del Estadio Lucio Fariña.
De esta forma el municipio puede licitar entre la banca privada la venta y compra inmediata mediante cuotas (leaseback) del Parque Aconcagua (que mantiene uso y administración pública), lo cual permitiría contar con cerca de mil millones de pesos pagaderos mensualmente durante cinco años, con una cuota aproximada de 18 millones de pesos generando un interés que bordea los cien millones.
El alcalde reconoció que este esfuerzo por saldar lo adeudado implica modificar el presupuesto y hacer menos cosas durante 2013 y los años en que se deban cancelar las respectivas cuotas del leaseback, agregando que hará todo lo posible por exigir que el sistema central devuelva a los quillotanos estos recursos, por cuanto la deuda la generó el Ministerio de Educación y no la Municipalidad y es injusto que sean los ciudadanos los que asuman su costo.
El caso de Viña del Mar y la alcaldesa Reginato, el modelo de Santelices
La Municipalidad de Viña del Mar recurre a fórmula de Lease Back para paliar déficit financiero. En su más reciente sesión ordinaria, el Concejo Municipal de Viña del Mar aprobó la moción entregada por la alcaldesa Virginia Reginato, de tramitar ante una entidad bancaria un Lease Back –previa autorización del Ministerio de Hacienda- con la finalidad de paliar el actual déficit económico por el que atraviesa la representación comunal.
Debido a esta necesidad, la primera autoridad comunal, propuso al Concejo Municipal realizar una operación de Lease Back por un monto de 4.050 millones de pesos, a un plazo de 10 años con inmuebles de propiedad municipal.
Se trata de la parcela denominada Cerco del Capataz en Reñaca, con una superficie de siete y media hectáreas; la propiedad de calle Arlegui 615, con un terreno aproximado de 1.040 metros cuadrados con edificaciones de oficinas en cuatro plantas; la propiedad de entrada municipal y entrepiso de calle Arlegui 683, entrada municipal con 105,98 metros cuadrados y entrepiso, con una superficie de 599.78 metros cuadrados, situada en el edificio de departamentos ubicado en la ciudad de Viña del Mar, con frente a calle Arlegui y Plaza Almirante Latorre; y la propiedad ubicada en El Salto, que deslinda al norte con el estero de Viña del Mar, al sur con propiedad de Ferrocarriles del Estado; al oriente con el estero de Viña del Mar, y al poniente con el camino de Viña del Mar a Quilpué, con una superficie de 138 mil 100 metros cuadrados.
Es así, que tras el acuerdo tomado por el Concejo Municipal y conforme a la normativa vigente, esta operación financiera requiere la autorización del Ministerio de Hacienda, para su otorgamiento.
Sólo falta saber si la alcaldesa de Olmué insiste en ser la única en el mundo que piensa que un leaseback es igual a perder una propiedad fiscal, de todos los chilenos. Porque de ser así, estaríamos en las peores manos de la administración pública chilena… Justo en Olmué. Qué mala suerte…
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