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Enfermedad de Perthes: Familia de Khalil busca soluciones para solventar costos de recuperación
Jaime Molina concurrió acompañando a María Soledad Pabst, madre de Khalil Espinoza, al Consejo de Amplitud, donde fue asesorada en medidas de mediano y corto plazo.
Siendo un niño inquieto y deportista, a sus ocho años Khalil Espinoza debe dejar atrás los juegos para concurrir diariamente a Quillota, para someterse al tratamiento en cámara hiperbárica que requiere luego de que, en febrero de este año, los médicos le detectaran la Enfermedad de Perthes, en que se produce la destrucción de parte del hueso de la cabeza del fémur de la cadera.
Único hijo de Michael Espinoza y María Soledad Pabst, la noticia fue repentina y dolorosa, pero los jóvenes padres viñamarinos están unidos en la lucha para alcanzar la mejoría de su pequeño y que pueda volver a caminar. Sin embargo, para ellos también es difícil tener que enfrentar los elevados costos diarios que significa la recuperación, para lo que realizan actividades tales como bingos en que los vecinos cooperan, pero no es suficiente.
Por lo anterior, es que Jaime Molina, candidato a concejal por Viña del Mar, gestionó una reunión con el Consejo de Amplitud, con el objetivo de encontrar soluciones económicas inmediatas para la familia, como también continuar brindándoles el apoyo emocional que significa sentirse acompañado en un proceso difícil como es enfrentar una enfermedad de este tipo. En dicho encuentro, se visualizaron tres formas diferentes de gestionar la ayuda, a mediano y corto plazo.
“El primer camino, que es el de fondo, tiene que ver con la incorporación de la enfermedad en GES. Entiendo que en este minuto hay un proyecto que se perfecciona para legislar, en que se van a incorporar todas las enfermedades atípicas. Esto puede demorar uno o dos años, por lo tanto, no es lo que requerimos en el corto plazo. El otro camino tiene que ver con el aporte que pueda hacer la Gobernación de Valparaíso con fondos que pueda disponer para ayudar a la familia de Khalil, que tiene que incurrir en costos bastante elevados, 70 mil pesos diarios, que significa solventar la cámara hiperbárica, más traslado, peajes y todo lo que demanda hacer el tratamiento diario. El otro camino es la Seremía de Salud, para ver la posibilidad de establecer algún convenio entre Fonasa y el Hospital Naval, porque ahí hay una cámara hiperbárica, o entre Fonasa y el dueño de la cámara de Quillota, porque es de un particular”, resumió Jaime Molina.
Por su parte, María Soledad Pabst se mostró motivada frente a las posibles soluciones y agradeció el constante apoyo recibido por parte de Jaime, como también del equipo de profesionales que la asesoraron.
“Vinimos al Comité de Amplitud con Jaime Molina, quien nos invitó y nos hizo la cita con la coordinadora, con la asistente social y el abogado. Se puede solicitar ayuda a la Gobernación, porque creo que hay unos fondos que destinan para Salud, hablar con la seremi de Salud para que empiecen a indagar en el tema de la enfermedad y ver si podemos hacer contacto con la Armada, porque ahí también tienen cámara hiperbárica, pero el costo es más caro y hay que ser familiar de algún marino. Entonces, quieren ver si existe la posibilidad de que la gente de la zona centro tenga la posibilidad de llegar a esta cámara, en vez de ir a Quillota, que es más lejos. Es muy bueno, porque es bastante el gasto que genera esta enfermedad y se necesita harto apoyo, tanto emocional como económico. Sentir que hay gente que nos quiere ayudar, nos alienta mucho”, manifestó emocionada.