
El candidato a senador por la Quinta Región especificó que este 11 de septiembre hay que “entender que en la política actual no basta la línea Izquierda/Derecha o liberal/conservador, sino que hay otras más. Yo quisiera plantear la línea entre la élite y los ciudadanos”. Agregó que “si no tenemos mecanismos de control, la élite por su naturaleza va a abusar”.
A 44 años del Golpe de Estado ocurrido en Chile, el ex seremi de Obras Públicas y candidato a senador por la Quinta Región, Pedro Sariego, realizó un exhaustivo análisis del proceso que se vive actualmente en nuestro país.
“Hoy día estamos en un 11 de septiembre más. Nuestro país tiene tres fechas que son históricamente importantes. Una es la invasión de Santiago por Michimalongo, en los tiempos de la instalación de los españoles en la zona; segundo, el Golpe de Estado en el año 1924 a cargo de Ibáñez del Campo en el poder, que duró hasta el año 25; y finalmente el 11 de septiembre de 1973. Quiero decir que en aquella época yo era un niño, estaba aún en Educación Básica. El recuerdo que tengo de eso no es grato, desde mis ojos de niño vi peleas en las calles y me mandaban a hacer las colas en la ciudad de Iquique, donde vivíamos en aquellos años. En el tiempo, he tomado una posición bastante condenatoria de la generación que fue partícipe de esa época, que es la de mis padres y abuelo. Por cierto, lo hago desde la distancia y con el beneficio de estar sentado en esta época histórica mirando hacia el pasado. Es fácil hablar del pasado cuando no es protagonista”.
El académico de la UTFSM indica que “en lo global, creo que lo que ocurrió en Chile fue uno de los últimos episodios característicos de la Guerra Fría, con intervención de actores internacionales. No me cabe duda que aquí estaba lo que la Izquierda denomina el imperialismo norteamericano, pero también estaba toda la órbita socialista, una serie de actores cubanos, el llamado imperialismo rojo, ambos con todas sus cadenas de inteligencia, y teniendo a los actores chilenos como telón de fondo”.
RADICALIZACIÓN EN LOS MEDIOS
Sariego explica que “cuando uno lee los medios de la época, los de la Oposición, El Mercurio o La Prensa, que era un periódico democratacristiano; Tribuna, un diario de Derecha; y ve la prensa de Izquierda, medios como el Clarín, Puro Chile, El Siglo; se da cuenta que hacia el final del período la radicalización que había en nuestra sociedad no daba espacio para nada. Los diarios estaban llenos de amenazas, victimización y bravatas en todos los tonos, con discursos encendidos en un espiral retórico que alguna vez, con mucha más calma, algunos historiadores señalarán cuán incidente fue en todo lo que pasó”.
Continúa poniendo en el tapete desde el área teórica: recordemos que el lenguaje crea realidades. Cuando los medios de comunicación hacían eso, creaban realidades súper potentes. Las realidades que construyeron fueron una especie de paranoia colectiva respecto de la relación Gobierno/Oposición y, al final, tuvimos el peor de los resultados, un Golpe de Estado, en que son inherentes los atropellos a los Derechos Humanos. Después, ocurrieron todos los hechos que lamentamos en nuestro país, un reguero de muerte y represión de unos contra los otros. Tengo la sensación de que si hubiese sido al revés, sería un poco lo mismo. Esa es por cierto una teoría, pero a raíz de cómo se comportaban los actores políticos de la época y el nivel de virulencia que había en los medios, no me cabe la menor duda de que hubiese tenido un tono así, porque cuando se desarrollan estos episodios siempre ganan los radicales, los más extremistas a ambos lados del camino, eso está escrito en los hechos en todas las dictaduras. Después, incluso, hay una lucha por el poder entre los que ganaron, que generalmente son los más extremistas y son inmisericordes con los que ayer fueron sus aliados, ahí está Stalin persiguiendo a Trotsky hasta el fin del mundo”.
“CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA EN TODOS SUS TONOS”
Pedro Sariego se posiciona en la realidad actual de Chile. “Finalmente, la sensación que tengo respecto a este tema es que a raíz de que el mundo cambió y dejó el canon de la Guerra Fría, hoy día observa con espíritu crítico lo que ocurrió esos años, y yo soy parte de esa lectura. En general, quien haya apoyado las dictaduras en el mundo está políticamente en desventaja político moral frente a los demás actores. Si yo estuviese en los países que vivieron la dictadura comunista -República Checa, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Polonia, Unión Soviética-, si me defino de Izquierda y me declaro comunista, no tengo mucho futuro político, aparecería como una persona que estaría apoyando la infamia y los atropellos a los DDHH, el mal recuerdo que dejaron esas dictaduras. Lo mismo ocurre en Chile, pero al revés, en general en América Latina en lo que fueron las dictaduras militares. Quienes hayan apoyado estos gobiernos están en clara desventaja político moral. Esta mirada antidictaduras en occidente es parte de nuestros tiempos, en cierta manera es un triunfo de los demócratas”.
En este sentido, señala que “ahora, lo que nos debe preocupar en todo momento es la construcción de una sociedad democrática en todos sus tonos y entender que en la política actual no basta la línea Izquierda/Derecha o liberal/conservador, sino que hay otras más. Yo quisiera plantear la línea entre la élite y los ciudadanos, que se da cuando la democracia se asienta, cuando no hay peligro de dictadura y los países comienzan a funcionar en esas líneas. Si no tenemos mecanismos de control, la élite por su naturaleza va a abusar. El concepto de autorregulación no existe en las sociedades, en el mundo real. Por consiguiente, los países un poco más avanzados que los nuestros tienen claro este punto y realizan acciones concretas para controlar a la élite y desarrollar un gobierno de los ciudadanos en el mundo”.
El académico explica: “con esto quiero decir que mirar el hoy con las categorías del pasado es una realidad histórica y que nuestros problemas se alejan cada vez más de la dicotomía Izquierda/Derecha e, inclusive, del Sí y el No del año 1988, sino que está en el tema de la preponderancia de las libertades civiles y los problemas del Siglo XXI que debemos enfrentar, que tienen que ver con el trabajo, con la necesidad de generar una sociedad más creativa, inventiva, en activar la inteligencia, en reformar para eso nuestro sistema educativo, en mejorar la seguridad de nuestras propias casas y solucionar otros problemas gratuitos que nos hemos desarrollado los chilenos en estos 20 y tantos años de democracia, como es nuestro insostenible sistema de salud y qué decir de lo previsional, entre otros temas. No hemos sabido arreglar los sistemas de apoyo para nuestros menores en riesgo social, estamos dando mucho que decir con nuestros ancianos y con nuestra gente con capacidades diferentes, especialmente los que necesitan la ayuda de terceros. Estos son nuestros problemas de ahora y son profundos, estructurales inclusive”.
De lo anterior, el candidato a senador por la Quinta Región concluye que “tenemos que hacer esfuerzos por solucionarlos, mirar al pasado para aprender de él; que la rueda del destino de las naciones no nos lleve otra vez a pasar por situaciones similares a la instalación de una dictadura del signo que sea y hacer votos porque los chilenos que tengan que enfrentar en el futuro situaciones como esas, tengan la capacidad y la cordura suficiente como para poder solucionar las diferencias democráticamente”, finalizó Pedro Sariego.