
Por Benito Barros Muñoz, ingeniero comercial, magister en Negocios Internacionales, doctor © en Administración y Economía y rector CFT Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.
Ante la turbulencia vivida en los mercados mundiales, producto de las presiones políticas, las constantes diferencias entre las grandes potencias, las fluctuaciones de la bolsa de valores, las variaciones de los precios de las materias primas, la pandemia sanitaria mundial, la pandemia económica que está afectando prácticamente a todo el mundo, la irrupción de las plataformas digitales, las nuevas formas de hacer comercio y un sinfín de elementos que están en una permanente evolución, están generando muchos dolores de cabeza, poniendo en jaque y en algunos casos, en jaque mate, a directivos, empresarios y altos ejecutivos de todo tipo de empresas. Cómo poder reaccionar ante la crisis social, el peligro del desabastecimiento, el aumento de la violencia y la delincuencia y la intolerancia que se ha puesto de manifiesto en muchas sociedades.
Es difícil abordar el tema, tratando de no ser pesimista ante un panorama tan oscuro. Sin embargo, es una ÉPOCA DE TRANSFORMACIONES, en la que debemos hacer un replanteamiento a toda estructura mental y modelos de negocios, de los empresarios y ejecutivos, que buscan subsistir y fortalecerse. Trataré en estas pocas líneas, de plantear algunos elementos en los cuales debemos profundizar, y si es posible que ustedes puedan analizar, para ir enfocándonos en la necesaria transformación en los negocios. Una cosa es segura, ya nada volverá a ser como lo que tuvimos hasta hace pocos años atrás. Vamos a los elementos:
- Estructuras mentales: Los altos ejecutivos y directivos de las empresas, deben cambiar su concepción de los negocios y su forma de pensar en las estrategias. El modelo tradicional de la formulación de la estrategia, ha cambiado dramáticamente. Hoy es necesario pensar en el valor de las relaciones con los agentes claves de la empresa, enfocarse en el cliente en forma prioritaria, fortalecer alianzas, trabajar sólo con los mejores y evaluar en forma cuantitativa, el impacto que genera o puede generar cada una de las decisiones que se van tomando.
- Énfasis en la Cadena de Valor: Hoy mas que nunca, cobra relevancia el profundo análisis que debemos hacer de las etapas y los componentes de la cadena de valor institucional. Es fundamental que las actividades explicitadas en este modelo, sean capaces de lograr un alto nivel de eficiencia, competitividad, aportando a la ecuación económica de la empresa, un valor cada vez más incremental. Para ello es fundamental el trabajo con indicadores y la aplicación de herramientas de trazabilidad, que permitan manejar la información más oportuna, para la toma de decisiones pertinente.
- El valor del cliente: Es fundamental concentrarse en la evolución de las necesidades, carencias y prioridades de los consumidores. El cliente, sujeto activo de la compra, dispone ahora de mayor cantidad de información, con acceso a la oferta tecnológica que lo bombardea a cada minuto, Este es un cliente mucho más exigente, más informado, más cauto, más dinámico y que se aferrará mas a un precio que a una relación duradera. Acá se implantará “el oportunismo comercial”, frente a otras opciones de negocios.
- Transformación de la oferta: Es fundamental generar una estrategia de diversificación, con una búsqueda permanente de nichos de mercado, para el desarrollo de unidades alternativas de negocios, que permitan ir cubriendo las mermas en las ventas y que permitan alcanzar el principio de diversificación efectiva de la oferta, con matrices cruzadas de productos/mercados y tecnologías.
- Austeridad: Hoy mas que nunca debemos pensar en el principio de austeridad. El logro de un trabajo efectivo y eficiente, en función del manejo óptimo de los recursos, en un marco de economicidad en su uso, es fundamental para tener una posición defensiva. La racionalización y optimización de todos los gastos, se funda en un mecanismo de seguimiento, justificación, medición y evaluación del aporte, en cuanto al impacto que genera en la organización.
- Rotación: Es fundamental pensar en negocios de alta rotación, es decir, aquellos de una corta existencia, que aporten un margen de ganancia y que no presenten barreras de salida. Más que una proyección a largo plazo, con grandes expectativas de retorno en el tiempo, es necesario priorizar negocios de corto alcance, pero que permitan sumar gota a gota, a la rentabilidad y subsistencia de la empresa. Ha de ser como una guerra de guerrillas, donde lo importante será golpear, impactar y salir.
- Grupo de colaboradores: Es necesario desprenderse de los equipos de trabajo y de los colaboradores que hacen lastre. Necesitamos personas comprometidas e implicadas en aportan a la subsistencia. Hoy mas que nunca necesitamos socios estratégicos en todos los flancos, mas que trabajadores que buscan sólo su sueldo. La estabilidad laboral hay que ganarla, y se gana aportando a que la organización subsista.
Es un gran cambio e implica un gran esfuerzo, pero no estamos viviendo una época normar, la turbulencia exige transformaciones, y estos son algunos indicativos, Si estás de acuerdo o en desacuerdo conmigo, escríbeme, dialoguemos, construyamos en forma conjunta un espacio para la reflexión y el pensamiento crítico y constructivo.