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“Liderazgo transformador”

Por Benito Barros Muñoz, ingeniero comercial, magíster en Negocios Internacionales doctor © en Administración y Economía y rector CFT Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile.

«Cambia, todo cambia…». Ese  es el estribillo de una famosa canción tradicional, y qué más cercano a la realidad. Enfrentamos tantas presiones de cambio en un mercado social, político, cultural y económico de alta turbulencia, sumado a la situación sanitaria que hemos debido enfrentar en estos dos últimos años, y que ponen en jaque a miles de empresas y altos ejecutivos de todo el mundo. En jerga boxeril, son muchos los que no aguantan las presiones y terminan “tirando la toalla”. Sin embargo, hay otros que salen fortalecidos frente a tanta presión. En la actualidad notamos una increíble falta de líderes efectivos, que sean capaces de llevar a sus organizaciones a un horizonte positivo y deseable. Incluso muchos de los reconocidos líderes, mantienen un estilo tradicional, como si las personas y colaboradores no hubiesen cambiado. Así como todo cambia, la gestión de liderazgo debe cambiar, pasando de un enfoque transaccional o situacional, a un enfoque transformacional.

El liderazgo transformador se define como  un estilo actitudinal, en el que los dirigentes con una visión y un fundamento asertivo, son capaces de trabajar con sus equipos a través del aliento, inspiración y motivación, para que estos puedan alcanzar altos niveles de compromiso, que se traduzcan en el aporte de nuevas ideas, de instancias de mejora, innovación, perfeccionamiento  en los procesos, sistemas y mecanismos de vinculación con los diversos grupos de interés, que propicien estados de mayor competitividad y eficiencia de una organización y su consolidación estratégica en el tiempo.

Cuáles son las competencias y habilidades que debe desarrollar e implementar un líder transformador:

  1. Carisma: Esa cualidad inspiradora de un sueño, una visión, un entusiasmo, que permita proyectar el trabajo de todos los equipos, para alcanzar resultados notables. Es la forma de formar equipos de alto rendimiento, con la claridad del futuro deseable por todos, en la que todos participan y en la que todos se benefician.
  2. Personalización: es la llamada consideración individualizada, es decir, el conocimiento profundo de los intereses, preocupaciones y motivaciones de todos sus colaboradores, lo que permite establecer mecanismos de consenso, que genere el mayor nivel de compromiso de las personas, con los resultados y estándares definidos por la empresa.
  3. Desarrollo del aprendizaje, es el impulso intelectual en la consolidación del capital humano al interior de las organizaciones, que permite que todas las personas, sin excepción, alcancen el desarrollo de su mayor potencial. Ello se consigue a través de perfiles claramente establecidos, metas desafiantes y un programa formativo y de desarrollo dirigido a las verdaderas necesidades.
  4. Fomentar la innovación: es la orientación y fomento a la participación de todos los colaboradores, en la búsqueda de nuevos enfoques, nuevos modelos, nuevas ideas y propuestas de mejora, en un marco de perfeccionamiento y mejoramiento continuo. La estimulación intelectual aplicada a solucionar problemas y mejorar la oferta de valor de las empresas.
  5. Retener y fomentar el talento: El aporte de las personas es invaluable, si lo transformamos en un talento dispuesto al logro de las metas. Es por ello que un líder efectivo, debe propiciar contar con los mejores, talentos, retenerlos con herramientas motivacionales que les permita proyectarse en una empresa que los quiere, los acogen los apoya y los llena de oportunidades.
  6. Mantener un equipo consolidado: Un equipo de alto rendimiento trabaja bajo los principios de cooperación y complementación. Las reglas son claras, todos saben sus obligaciones y limitaciones, se fomenta el respeto por los demás y se evita cualquier riesgo de conflicto. De esa forma, propiciamos una cultura interna de gran valor, para quienes se desempeñen en su gestión.
  7. Los líderes transformacionales ejercen influencia en los miembros del grupo, es por eso que acaban convirtiéndose en un modelo a imitar por parte de sus seguidores. Prestan atención a sus seguidores, de manera que promueve su desarrollo y su crecimiento.
  8. Formación de líderes: Un líder transformador, se preocupa en todo momento de formar formadores, es decir, que en todas las áreas, surjan otros líderes, que ayuden a tirar el carro y que faciliten la delegación proactiva y el empoderamiento de los subordinados.

En resumen el desarrollo del liderazgo transformacional, produce en los colaboradores un lazo afectivo, volitivo y emocional con su empresa y con sus directivos, compartiendo los sueños, las metas, aspiraciones y compromisos, y alcanzar resultados notables. Con ello las organizaciones pueden alcanzar una mayor competitividad, una mayor productividad individual y asociada, un fuerte crecimiento en la satisfacción personal, u foco de influencia en todos los stakeholders, un ambiente de trabajo sano y motivador, que evite conflictos de interés y diferencias personales, poniendo el énfasis a la subordinación del interés personal con el interés general, y que ello se asocie a un conjunto de mecanismos de incentivo, que permita generar un marco intelectivo para la solución de problemas y la adaptación efectiva a los turbulentos cambios.

 

 

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