Medioambiente

Quilpué apuesta por nuevo manejo del arbolado urbano más acorde con el cambio climático

El Municipio Abierto de Quilpué, a través del Departamento de Medio Ambiente y Sostenibilidad, trabaja en un plan de recambio de árboles añosos por especies nativas más acordes con las condiciones ambientales y climáticas de la comuna. Sumado a esto, actualmente se aplica un nuevo criterio de poda que considera las necesidades particulares de cada especie.

Acacios, álamos y grillillea son las especies arbóreas que más abundan en el área urbana de Quilpué; muchos de ellos superan los 50 años y ya cumplieron su ciclo natural. Tal como explica Adolfo Ruíz Alemparte, del Departamento de Infraestructura Verde del Municipio Abierto, a cargo del arbolado urbano de la comuna y diplomado en infraestructura verde, los árboles, al igual que otros seres vivos, envejecen y enferman.

“El plan que queremos implementar tiene que ver con el recambio de estas especies que al ser seres vivos también tienen un proceso de envejecimiento; en paralelo, están aquellos que tienen problemas sanitarios o que están causando algún problema con alcantarilla o con cableado.” En relación al reemplazo de estas especies indica que “La idea es hacer este recambio buscando, primero, que se adapte a las condiciones edafoclimáticas de la zona y segundo, que sean ojalá nativos y con una genética propia de acá y también incorporando algunas especies introducidas pero que aporten, por ejemplo, otros colores que no nos entrega lo nativo. Dentro de lo nativo estamos pensando en el quillay, maitén, molle chañar, pimiento y en las especies introducidas, me gusta mucho el jacarandá por la flor”.

La alcaldesa, Valeria Melipillan, indicó que “hoy se busca, primero, hacer un catastro y conocer el estado de salud de los árboles de nuestra comuna y en base a ese diagnóstico que es profesional, se determina cuándo los árboles tienen que ser removidos. Un ejemplo de esto es lo que va a ocurrir este fin de semana en la plaza Rengifo donde dos árboles muy añosos que se encuentran en mal estado de salud y que ponen en riesgo a la ciudadanía por posibles caídas, van a ser retirados y reemplazados por especies nativas que tienen un menor requerimiento hídrico y que generan un impacto positivo para el medio ambiente y para lo que nosotros esperamos como ciudad que es adaptarnos al cambio climático”.

Efectivamente, este fin de semana, está programada la tala de dos acacios que podrían representar un riesgo de caída por su precario estado. Ramón Mendoza, encargado del Departamento de Infraestructura Verde del municipio, señala que “dentro de la plaza Rengifo tenemos varias especies añosas que no pertenecen a nuestra geografía habitual, son especies más bien introducidas. En particular, tenemos dos árboles de la especie de acacios que presentan evidentes problemas fitosanitarios y en una observación que hicimos en terreno se descubrió que pueden tener una plaga de tijereta y es lo que está produciendo que por dentro el árbol vaya perdiendo su capacidad y eventualmente podría caer y causar un daño mayor. Entonces, lo que se va a hacer aquí, es un trabajo preventivo para luego hacer un recambio de especies. Se van a sacar dos acacios y se van a colocar dos especies nativas que se adapten mejor a nuestras condiciones geográficas y climáticas”.

En relación al nuevo criterio de podas, la alcaldesa Melipillan cuenta que “cuando llegamos a la administración, una de las quejas más sentidas de los y las vecinas tenía que ver con el manejo del arbolado urbano. Veíamos como los árboles literalmente eran “desmochados” sin cuidar su salud. Hoy día, se tiene una mirada distinta. Estamos en un proceso de cambio climático donde los árboles son un factor muy relevante al momento de enfrentar las altas temperaturas y de producir un cambio en la perspectiva de la ciudad. Es por eso que, desde nuestro departamento de medio ambiente y sostenibilidad, se ha generado un plan distinto”.

En esta misma línea, Adolfo Ruíz Alemparte confirma que “en general, en el pasado, el municipio y otras entidades han tratado el tema del arbolado urbano de modo “medio tosco”, por decirlo de alguna manera, y no ha habido muchos criterios que tiene que ver con poda, gestión o tratamiento de éste. Básicamente, se anulaba lo estético con una poda a ras o había mucha tala y no existía una preocupación como ahora”.

Respecto a este nuevo criterio de poda, Ramón Mendoza, explica que esta se realiza según las necesidades de cada especie o dependiendo el estado del árbol.

“Nos vamos a encontrar con árboles con los que se hace un trabajo de limpieza de ramaje o apertura del follaje, para, por ejemplo, despejar luminaria pública, el cableado y que el árbol no cause un problema de corte de energía, por ejemplo. O también dependiendo del estado del árbol, se va a producir un trabajo de poda más agresiva para que éste pueda recuperar su condición y pueda sanarse de alguna enfermedad que presenta, como también árboles que están en riesgo de caída y es necesario reemplazar. Antiguamente la poda era general, un poco más agresiva, con una técnica que se denomina del “moche” lo que permitía bajar la altura del árbol y despejar su follaje, pero cuando el árbol volvía a florecer, este crecía de manera descontrolada. Lo que se hace hoy es ordenar el árbol para que crezca de manera ordenada y no de manera agresiva”.

Finalmente, Mendoza hizo un llamado a la comunidad a hacerse parte de este cambio y tomar conciencia de la importancia de convivir de mejor manera con nuestro entorno vegetal. Además, instó a los vecinos y vecinas a hacer sus consultas y alertar en caso de detectar alguna especie que pueda estar en condiciones desfavorables, esto al correo jardines@quilpue.cl o al teléfono 322186269.

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