Por Susana Soto Jorratt, Asistente Judicial.
Es sabido por las organizaciones afiliadas a la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Quilpué, en adelante UNCO, que existe una persecución por parte de la Primera autoridad Comunal hacia la Directiva de la UNCO y para ello el Edil se vale de diferentes estrategias para, a juicio de él, tratar de dividir y desestabilizar a la Organización que ampara 58 Juntas de Vecinos activas.
Corría el año 2010 y Chile era víctima de un Terremoto y Maremoto de grandes dimensiones. Este desastre natural, pese a haber tenido epicentro en el Sur de nuestro país, afectó una larga franja y por supuesto afectó a nuestra querida Ciudad del Sol. La UNCO siempre había funcionado en las dependencias de Vicuña Mackenna esquina Andrés Bello, ya que en los años 70 ese inmueble fiscal fue entregado en comodato a la UNCO y la Directiva de aquellos años tenía un plazo de 5 años para reinscribir el bien a nombre de la organización. Por diversos motivos que desconocemos, ya que han pasado más de 40 años (muchos de nosotros éramos niños), la Directiva del momento retrasa dicha inscripción y la Municipalidad se adjudica el Bien Inmueble, inscribiéndolo en el Conservador de bienes raíces de la comuna, gestionando posteriormente un comodato para el funcionamiento del Juzgado de Policía Local, la Unión Comunal de Juntas de Vecinos de Quilpué y la Junta Electoral.
Siguiendo con la historia actual, funcionaba la UNCO incluso habiendo incorporado un infocentro donde capacitaba a los dirigentes para que pudiesen utilizar las herramientas tecnológicas, pero después del terremoto las dependencias quedan mal y se reubica por emergencia a la Unco en un Bien perteneciente a Bienes Nacionales, otorgando para su uso un Decreto Alcaldicio de Ocupación, en el año 2010, sin contar incluso con la autorización de Bienes Nacionales, ya que en aquel tiempo la Directiva sí era complaciente con el Edil Actual, por lo tanto contaba con todos los beneficios que la Municipalidad pudiese otorgar, adjudicando a ésta incluso fondos a través de subvenciones por Decreto Alcaldicio, en circunstancias que dicha directiva tenía rendiciones pendientes y rechazadas por un fondo Presidente de la República, de más de $5.000.000 (cinco millones de pesos), fondos cuestionados a través de Dictámenes de la Contraloría en los que incluso el Concejal Max Gac ( Concejal en ejercicio) habría recibido dineros por conceptos no pertenecientes a los proyectos contemplados.
Así las cosas, la Directiva que contaba con todo el favor de la Autoridad Comunal fue impugnada por un grupo de 12 Juntas de Vecinos, ganando dicha impugnación incluso en el Tribunal Nacional Calificador de Elecciones, asumiendo en aquel entonces (diciembre del 2012) como Presidente el Señor Moisés Pinilla Díaz, quien como no tenía el beneplácito de la Autoridad tuvo que incluso atender en la calle de la Comuna de Quilpué, ya que pese a estar ilegalmente la otra directiva la Municipalidad no tomaba cartas en el asunto.
La presión en los medios fue tal que la Municipalidad se vio orillada a dar cabida a la Directiva nueva de la UNCO y, en el año 2012, Bienes Nacionales se pronuncia mediante una Resolución Exenta y autoriza un comodato en favor de la UNCO y otras organizaciones para que funcionaran en Lautaro 820 en forma provisoria mientras eran reubicados en donde correspondiera, con un vencimiento del comodato para el año 2017.
La UNCO apoya diversas causas que causan al parecer mucho malestar en el Edil y corona sus actuaciones la UNCO como socio activo de la Corporación Municipal rechazando el Balance del año 2011 con un déficit mayor a $1.200.000.000 (mil doscientos millones de pesos), que actualmente asciende a casi $ 8.000.000.000 en cifras rojas, sumado todo ello al franco apoyo a los vecinos de Villa Olímpica llevan al Alcalde a hacer todo cuanto pueda para dañar según él a la nueva directiva electa en Octubre del año pasado (2015), donde nuevamente el Señor Pinilla es reelegido y hoy en día tiene a la UNCO notificada por un funcionario que no tiene la atribución de caducar un Decreto ni un comodato para que retiremos todas nuestras pertenencias y la de nuestros asociados. Y lógicamente sin un lugar donde poder reunirnos, puesto que habría mandado a poner un candado en el lugar donde solíamos hacer nuestras asambleas.
La Historia continuará…
